AL FINAL DE LA PRUEBA

Todos hemos escuchado la historia de José el soñador, cuyo don divino, soñar e interpretar sueños lo llevó al fondo de un pozo, a ser vendido como esclavo, cuando ya se dislumbraba un nuevo panorama para José, la esposa de Potifar se le someté y por rechazarla, bum, a la cárcel por muchos años.  Sin embargo,  sabemos que José salió de la cárcel, gracias al talento que Dios le dió, interpretar los sueños, y aún adentro de la cárcel dice la biblia, que El tenía gracia, y todo lo que hacía prosperaba; llegó a tener la posición más alta en todo Egipto, después del Faraón y logró administrar el alimento de tal manera que cuando a su familia le escaseó, él pudo proveerles y llevarles a vivir con él…

Dios proveyó para esta familia sobrenaturalmente, y transformó de una manera gloriosa todas las tribulaciones q pasaron, no solamente José, sino su padre al creerlo muerto, sus hermanos viviendo con la culpa, Dios sanó las heridas emocionales que había en sus corazones también.

Ese tiempo de angustia, ese tiempo de ausencia, todo el dolor que atravesó, maduró espiritualmente el corazón de José y le permitió perdonar a sus hermanos, salvarles la vida, pero, principalmente reconocer la mano de Dios sobre toda circunstancia, reconocer QUE NUNCA FUE ABANDONADO.

“Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: Salvar la vida de mucha gente, Así que no tengan miedo Yo cuidaré de ustedes y de sus hijos. Y así con el corazón en la mano, José los reconfortó” Gen. 50:20-21

Al final de la prueba, hay un crecimiento espiritual, más intimidad con Dios, aunque duela estemos firmes, al final podremos decir: “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven” Job. 42:5

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